miércoles, 8 de diciembre de 2010

Los hombres de vidrio.



Los hombres de vidrio eran hombres comunes en aquel tiempo, existían grandes, gordos, pequeños, de toda clase... convivían con los hombres de carne y hueso en una forma relativamente amigable.
Una convivencia relativa por que los hombres de vidrio tenían extensiones con puntas en su cuerpo.
Cada vez que un hombre de vidrio se abrazaba con un hombre de carne y hueso podía sacarle el corazón con una extensión en forma de puñal que tenia justo en el centro del pecho, llego el momento en el que este tipo de accidentes eran muy comunes y los hombres de carne y hueso decidieron revelarse, para el caso los hombres de vidrio proponían un trato: ellos serian congelados para poder vivir después de la era de los de hombres carne y hueso, y dejarían de moverse con una única condición: los hombres no podrían burlarse ni pronunciar palabra alguna sobre los hombres de vidrio a las generaciones venideras, los hombres de carne y hueso aceptaron gustosos y desde ese momento los hombres de vidrio se conocieron con el nombre de espejos. Cada vez que vemos un espejo existe un hombre de vidrio que nos está mirando, esperando el tiempo en que según el trato se pueda descongelar o el momento justo en que nuestra burla llamada vanidad supere los límites de su paciencia.

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