Papi estás
triste
no hija,
pues..
si estás
triste,
yo no me di
cuenta la cara de pendejo atortolado que estaba colocando,
de perdido y
desorientado, de ternero recien destetado,
de
pretendiente recién apaleado a cachetadas.
Solo unos segundos
después reacciono...
si mi hija no
tuviera tres años seguramente le diría que sí,
que a veces
hay días tristes,
que a veces
la vida se ensaña contigo,
te saca de
las entrañas lo que más quieres,
así como está
sacándonos a su madre,
a veces
estamos tristes,
ese es
nuestro cáncer,
la ventaja,
es que no llega todo el tiempo,
esa es la
ayuda le damos a ella,
para que
reparta su dolor entre nosotros,
pero como no
tienes sino tres años,
hoy te
respondo lo mismo de siempre,
con una sonrisa dibujada a en mi superficie...
¿A que vamos
a jugar mi vida?
(Escrito en octubre 20 2016)