Pies feos:
Pocos meses después de la cirugía donde despedimos un
pulmón, los efectos de las quimioterapias empezaron a mezclarse con el dolor
que producen los tumores de mesotelioma, uno de los cánceres que más
sensibilidad causa al parecer por algún tipo de conexión con el sistema
nervioso central, recuerdo en particular una madrugada, una de tantas en la que
me sentí el hombre más inútil del universo, aquí les explico porque llegue a
pensarme en muchos instantes como un idiota y al mismo tiempo como un hombre
muy afortunado:
Si, idiota me sentía cuando se me pasaba de concentrada el
agua de mariguana, ese día ella retorcida por dolor en la madrugada, me hacía
preguntas que nunca logre responder con ninguna palabra, ¿Por qué a mí? Ayúdame
a quitar este dolor! ¿Por qué siempre haces el agua tan concentrada? ¿Tú no
entiendes lo que siento!? No sabes nada! Efectivamente creo que nunca aprendí a
preparar el agua de mariguana en el punto correcto, a veces pienso que por eso
la dejó. El punto es que una vez el dolor pasmó, me pidió las medias
calientitas para sus pies, me levante corriendo a buscarlas en el cajón, me
dijo “a ver despacio…” y cuando me acerque me dijo ”discúlpame, el dolor a
veces domina más de lo que puedo controlar”,
generalmente después de eso yo me acercaba y le daba un beso, como se
sentía culpable, le decía que no se preocupara, que eso era normal, aunque para
mí cada reacción era una nueva experiencia siempre le decía eso porque sabía
que la tranquilizaba, le pedí permiso para calentarle sus pies fríos con mis
manos antes de colocarle las medias, siempre le dieron pena sus pies, incluso
conmigo, “Tengo los pies más feos del mundo”, a lo que yo respondía, “mamasita,
tienes los pies feos más hermosos de todo el mundo ”. “Lo importante es la
belleza que han recorrido, el resto no importa”, cuando se sonreía para mí era
sinónimo de que la tormenta se calmaba. Al otro día seguíamos colocando en los
medios y en los debates en el congreso la cara fuerte y tranquila de quien
siente que está haciendo las cosas bien, sin contar ningún pormenor a nadie porque
no queríamos pesar… Creo que así como algunas de esas veces me sentí idiota,
también me sentí afortunado, de poderle dar todo lo que llevo por dentro, al
entregar mi amor sin condición alguna, darme por completo sin esperar nada más
que su sonrisa, fui, afortunado, por ser el único o por lo menos uno de los
pocos hombres que se dejó besar de sus pies, con los que recorrió el mundo, con
los que caminó para entregar miles de abrazos a mucha gente que hizo feliz.
Creo que el amor es vida, es esa esencia que nos empuja a hacer mejor todo lo
que intentamos, a actuar más de lo que hablamos. Ella lo sabía, y me lo decía,
“sin tu amor no habría vivido tanto…”, a mí me habría pasado lo mismo, me
siento tranquilo, por eso soy afortunado, esta es una invitación a valorar a
quienes tienes a su lado, a dar y
dejarse dar amor, relájate, todos cometemos errores, a todos se nos puede pasar
la concentración de mariguana, lo
importante es que cuando nos sintamos idiotas, entendamos que esas cosas pasan,
que la figura que se refleja en los pies es el camino que recorres, que no
somos perfectos, que todo cambia y nuestro cuerpo no es la excepción, cambiamos
hasta la forma como nos vemos a sí mismos, incluso este recuerdo, pero hay algo
que debemos mantener siempre: El valor que entrega a nuestra vida, el hecho de
que algunas veces esa persona que queremos nos puede hacer sentir los idiotas
más afortunados del mundo.
Daniel Pineda González
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