Si alguna vez usted se ha machucado el dedo pequeñito del
pie, o fue a un odontólogo que apenas estaba aprendiendo a manejar las antiguas
fresas, o le han puesto un golpe que lo hiso ver estrellas, seguramente estará
cerca del nivel de dolor que mi esposa dice sentir cuando la medicación termina
su efecto, en la escala de uno a diez, generalmente su dolor es diez.
Hoy fue uno de esos días, salimos en la tarde a buscar un
colegio para Ana Sofía, no habíamos tenido tiempo, ni afán por llenar planas
inútiles, en algún espacio, en algún patio lleno de niños, por que la niña estaba cerca de nosotros,
sobre todo de su madre, sin embargo cuando ve un columpio o un niño de su misma
edad se alegra, quiere compartir y jugar, eso realmente nos animó. Así que
después de visitar varios colegios donde la matrícula es igual de costosa que
la mejor Universidad privada del país, terminamos en el colegio de monjas donde
Sofía paso unos días cuando tenía ocho meses, tiempo en el que sus dos padres
trabajaban y no conseguían quien la cuidara.
Luego de convencer a Ana Sofía que debía salir de la casita
de juegos del patio de descanso del que sería su nuevo colegio, salimos para la
división de radioterapias del Instituto oncológico del Hospital San Ignacio,
como ella no había dormido quería que su papá la alzara todo el tiempo, la
verdad casi siempre yo accedo gustoso porque me gusta consentirla, ella es
consciente del “ayayai” de su mami por eso no le pide que la cargue.
Generalmente nuestra hija se queda en el apartamento viendo una película con su
abuelita, quien nos ayuda después de que se va la nana. Hoy por primera vez Sofía nos acompañó al
sitio donde le hacen tratamientos a su mami. Nosotros le explicamos de qué se
trataba, siempre le decimos la verdad, aunque ella no logre entender
completamente lo que esté pasando, y si me preguntara le diría lo siguiente:
Hija, cuando lloraste porque querías un jugo de la máquina y
te dije que no, que no teníamos sino agua, no fue porque no tuviera el dinero
para comprarlo sino porque quería que tu mami tomara agua, ya que ella no
consumiría nada más, y sería un bien pretexto para hidratarla aunque fuera solo
un poco.
Mientras esperábamos, en un momento me preguntaste dónde estaba tu
mamita, yo te respondí que estaba en el baño, la aclaración sobre si estaba
vomitando y regresando lo poco que comió al almuerzo me pareció innecesaria,
por eso cambié de tema y te hice una broma sobre los manimoto que ella te
compró.
Cuando llegamos al apartamento te dije que debías colocarte
la pijama, porque sabía que tu mami debía descansar. Hoy no dormiste tu siesta
y si te dormías con la ropa puesta tu mamá se preocuparía, necesitaba que
comieras algo más, que te lavaras los dientes y que te acostaras a dormir en tu
cama, sin embargo te metiste debajo de nuestras cobijas, justo cuando entraste
en sueño profundo tu mami empezó a
sentir dolor, en medio de todo ella se tomó el tiempo para decirme que
primero acomodara las cobijas de tu cama, luego te abrace, te lleve con calma y
me despedí de ti como siempre con un beso en el cachete derecho y otro en la
frente, bendiciendo la existencia de una niña, líder, sabia, fuerte y valiente.
Tomo un instante pero fue muy útil porque sabía que vendría un momento duro,
respirare profundo en un silencio tranquilo, como quien toma impulso antes de
una carrera y sabe que va a sentir quemar sus piernas. Me recosté un momento
junto a tu mamá, acariciando solo la cabeza, ella se sentó, se levantó y se
volvió a sentar, lloraba de dolor, yo como siempre, en esos momentos me siento
un hombre inútil, le acaricie la espalda pero me dijo que no la tocara,
entendí, a veces ni ella misma se toca el costado izquierdo, así que le
pregunte si le podía preparar una agüita de marihuana, Salí mientras
configuraba una tableta que me dieron en el trabajo, cuando llegue seguía
retorciéndose de dolor, me pidió una oración y tome la biblia, interrumpimos la
lectura varias veces por sus retorcijones,
me dijo que cuidara bien de mi hija, que me quedaría viudo y soltero muy
joven, cuando ella no tiene dolor es consiente que dice cosas sin sentido, para
mi esas forman parte de las palabras que se pueden decir en la angustia en
momentos de intenso dolor, le dije que podíamos controlar el avance del tumor
con alternativas adicionales como la ozonoterapia y vitamina C, que podíamos
manejar el dolor tomando la medicación sistemáticamente antes de que le
doliera, y me respondió alterada por su dolor diciendo que ella lo hacía, que
yo no sabía lo que ella sentía, no paso menos de un minuto para pedirme
disculpas, tal y como ella te ha enseñado a pedir disculpas, le acaricie su
cabeza, y cuando me miro le di un beso. Me dijo “te amo”, y yo como siempre le
dije “yo te amo más”. Cuando el dolor le fue calmando, tu mamá me pregunto como
me sentía, evite decirle lo de la carrera porque finalmente yo no fui el que
sintió dolor, le dije que me sentía impotente, que aun podía hacer más, que hoy
debí llamar de nuevo a ver que paso con el pedido del ungüento y las gotas de
cannabis o comprar mientras tanto las gotas de tramadol para esos momentos, que
aún no he aprovechado todo lo que yo puedo hacer para ayudarle, sé que puedo
hacer más, como los masajes en puntos específicos del pie, el aprendizaje de mindfulness
o la acupuntura de orejas…
Antes de quedarse dormida mientras terminaba de leerle tal
como leo tus cuentos, tu mami me preguntó sobre mi cita médica, lo que pasa es
que hace dos semanas las lombrices están haciendo fiestas en mi estómago y no
he parado de ir al baño. Hoy saque un
tiempo y la doctora me dijo que me purgara, que le siguiera dando ánimo a mi esposa con los tratamientos
alternos, que explorara el tratamiento con altas dosis de vitamina C. Yo le
conté que ayer había comprado un billete de lotería, lo que no le conté, es que de todas formas es algo que intentaré
con lotería o sin ella, quiero que sepas que estoy intentando hacer todo lo que
este a mi alcance, ¿a qué país llevarla?, en ninguno me aseguran una cura total, aunque
si hay personas que se han recuperado. Llevo un buen tiempo estudiando eso,
posiblemente después de Cuba por el ezcosul y el cimavax dependiendo de la
reacción al gen EGRF, sería Sidney o Estados Unidos para aplicar bio-vacunas en
desarrollo para tumores de célula no pequeña homologables a mesotelioma como
pembrulizumab si hay reacción a la proteína PD-L1. Después de meditarlo, definí
que aunque definitivamente vamos a viajar a Cuba, puede que el mejor remedio lo
tengamos nosotros, que este entre nosotros, que te lo des tu todos los días, de
lo que me están dando ustedes a mí, de los que les esté dando yo, no estoy
hablando de las verduras ni del bicarbonato de sodio con limón, sino de lo
divino que llevamos por dentro: de nuestro amor, que es más fuerte que el
cáncer.
Aprender del dolor a traves de las personas que uno ama, es algo desgarrador, derrepente uno quisiera cambiar la vida para evitar el sufrimiento, pero la situación continua. Solo le pido a Diosito que les de Fortaleza, paciencia y mucho, mucho amor... Ninguna de las luchas que han iniciado se quedaran en vano, porque ademas de preocuparsen por el sufrimiento familiar que ahora llevan tambien se estan preocupando por la sociedad en la que viven. Un abrazo
ResponderEliminarLo único que puedo hacer es orar, es impotente ver sufrir a quien amamos y no poder hacer nada para calmar su dolor, DIOS en su infinita misericordia obrara en la salud de su amada esposa.
ResponderEliminarMucha FE y ánimo.
Me encanto la frase "una niña, líder, sabia, fuerte y valiente", si se lo dices siempre eso será el resto de su vida. Te acompaño en oración por los tres. Si hay más formas de ayudar no dudes en decirlo también.
ResponderEliminarLinda Carta...tu esposa es muy Valiente ...tu hija y tu son su fortaleza y el movimiento ColombiaSinAsbesto es el resultado de todo la linda labor que hacen por pensar en muchos que podemos vernos afectados por esta terrible enfermedad...Dios guia los lindos actos y hace que hagan eco.
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